6 maneras en que los derechos humanos y los derechos de los animales están conectados

Las granjas industriales no son lugares horribles sólo para los animales. También afectan a los seres humanos. Éstas son seis razones por las que los derechos humanos y los derechos de los animales están profundamente vinculados, sin lugar a dudas:

1. Abuso sexual


El año pasado, PBS Frontline produjo el impactante documental “Violación en los campos”, que expone el desgarrador fenómeno del abuso sexual que constantemente sufren las migrantes que trabajan en campos agrícolas en los Estados Unidos.

2. Hambre mundial


Hay más de 800 millones de personas que no tienen suficiente comida mientras que 90 millones de hectáreas se utilizan actualmente para cultivar el maíz que alimenta a los animales de las  granjas industriales.

3. Esclavitud

Nicolas Asfouri / AFA Getty Images

Las personas que llegan a Tailandia ˗el segundo mayor proveedor de mariscos de los Estados Unidos˗ en busca de trabajo, son engañadas cayendo en la esclavitud en los barcos de pesca, donde los capitanes las someten brutalmente. Y aquellos individuos que se resisten son a menudo asesinados. Lee la historia completa aquí.

4. Condiciones laborales inseguras


Los trabajadores en granjas industriales están expuestos a un sinnúmero de riesgos en el trabajo, como lesiones, enfermedades respiratorias, estrés postraumático y exposición a bacterias resistentes a los antibióticos. De hecho, según un estudio publicado en la revista Occupational and Environmental Medicine, 10 de los 22 trabajadores que fueron evaluados eran portadores de bacterias potencialmente mortales.

5. Injusticia ambiental


Los residuos de las granjas industriales contaminan el aire, los ríos y arroyos, y ponen en peligro el suministro de agua, comprometiendo la calidad de vida de las familias que viven cerca.

6. Trabajo infantil


Las autoridades federales multaron  a House of Raeford, uno de los más grande procesadores avícolas de los Estados Unidos, cuando en una redada en 2008 descubrieron más de 300 migrantes indocumentados, incluyendo seis menores de edad, algunos de los cuales trabajaban en turnos de 10 horas sacrificando pollos.