En un siglo acabamos con las especies que naturalmente habrían tardado diez mil años en desaparecer

A través del boletín oficial de la Universidad Autónoma de México, el Dr. Gerardo Ceballos, director del Laboratorio de Ecología y Conservación de Fauna Silvestre de esta universidad, alertó que desde 1970 ha desaparecido el 60% de la fauna silvestre, como hipopótamos, rinocerontes, venados y ballenas. Además, señaló que está disminuyendo más del 30% de la población de casi 28 mil especies de mamíferos, aves, reptiles, anfibios y peces.

El académico afirma que en los últimos 600 millones de años han ocurrido cinco extinciones masivas y que una sexta es inminente. En un siglo, la raza humana erradicó especies que, en condiciones naturales, habrían tardado 10 mil años en extinguirse, y de mantener estas tendencias, podría pronosticarse el fin de la civilización en 30 o 40 años.

El Dr. Ceballos advierte que las consecuencias podrían ser catastróficas:
“Ya hay indicios de que vamos por ese camino: dos mil millones de personas alrededor del planeta no tienen acceso continuo al agua potable y mil 800 millones no pueden comer todos los días. Si no se hace algo, todos estos conflictos, hoy locales, mañana tendrán un alcance global”.
Lamentablemente, estas declaraciones no son ninguna sorpresa, pues desde hace años se dieron a conocer cifras alarmantes sobre el deterioro de los ecosistemas, cuyo principal culpable es la explotación industrial de animales. Un informe de 2010 de las Naciones Unidas indicó que más de un tercio de la superficie cultivable de la tierra es destinada a la industria pecuaria, la cual es también responsable de la contaminación de los océanos y el desperdicio de enormes cantidades de agua.

Adoptar una alimentación a base de plantas no solo contribuiría a la preservación del planeta, también beneficiaría a quienes lo habitan, ya que los granos que se les dan de comer a los animales explotados como alimento podrían usarse para nutrir a cada persona que no tiene que comer, y así, se podría erradicar el hambre en el mundo. Además, ayudaríamos a cambiar la vida de millones de animales explotados para producir carne, leche y huevos.

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